viernes, 20 de febrero de 2015

Bloque 1. Actividad 1

Para realizar la primera actividad del primer bloque de la asignatura “Didáctica de la Lengua Castellana” tenemos que tener en cuenta una serie de conceptos. Lo primero que debemos recordar es que el lenguaje humano está compuesto por signos y combinaciones de signos (se sitúa dentro del proceso de comunicación). Está completamente unido al pensamiento. El desarrollo del lenguaje interviene en el desarrollo del razonamiento y de la cognición. El lenguaje nos permite pensar, es el soporte básico de la memoria.

He escogido el tema de la empatía para trabajar con niños de 8-9 años que están en el curso de tercero de primaria.

La empatía es la capacidad que tenemos las personas de ponernos en el lugar del otro, de entenderle, llegar a saber cómo se siente la otra persona e incluso llegar a saber lo que está pensando. Es una capacidad imprescindible para relacionarnos con los demás y fundamental para el desarrollo de la persona.

Es importante porque nos ayuda a:

-         Comprendernos mejor a nosotros mismos.

-         Favorece a desarrollar la sociabilidad, es un elemento primordial de las habilidades sociales.

-         Favorece el desarrollo y la adaptación emocional porque de ésta manera aprendemos a no centrarnos en nosotros mismos de manera egocéntrica.

-         Es uno de los componentes fundamentales de la inteligencia emocional.

-         Nos permite actuar considerando a los demás.

-         Fortalece la autoestima de la persona, el equilibrio y la seguridad.

-         Es muy importante enseñar a los niños a ser empáticos, ya que de esta manera serán menos agresivos, más comunicativos, expresarán mejor sus sentimientos, crecerán seguros y fortaleciendo su autoestima.

Todos los seres humanos nacemos con ésta capacidad, pero hay que irla desarrollando a lo largo de la vida a medida que vamos adquiriendo determinadas habilidades, las cuáles se aprenden relacionándonos con los demás.

-         A partir de los 6 años, van comprendiendo como son los demás y como se sienten. Es un proceso continuo de interacción, imitación y observación de los otros.

-         A los 10 años ya pueden entender perfectamente a los demás y son capaces de ponerse en el lugar de los otros. A pesar de que sigan siendo aún un poco egocéntricos a la hora de dar importancia a sus propios sentimientos y pensamientos.

Podemos observar como el niño va evolucionando y percibiendo lo que sucede a su alrededor a medida que va creciendo y madurando.

Para que los niños puedan desarrollar la empatía, lo primero que debemos hacer es que la vean en los adultos (que son su referencia).

Les ayudaremos con las siguientes pautas:

-         Los adultos desarrollarán su empatía y se la mostrarán a los pequeños.

-         Desarrollaremos en los niños una empatía sana y fuerte.

-         Enseñarles a escuchar a los demás.

-         Hablar con ellos y explicarles nuestras emociones y nuestros sentimientos.

-         Les enseñaremos a prestar atención a los demás.

ACTIVIDAD:

La actividad la realizaremos en el aula, poniendo a los 26 alumnos con sus respectivas sillas en forma de “U”.


En general es una clase que colabora constantemente, alegre y trabajadora. 

Pero tengo a dos alumnos: Jacobo y Manuel, los cuáles necesitan una especial atención, ya que Jacobo es un niño muy tímido y Manuel no respeta, no escucha y habla sin cesar para dar su punto de vista.

Antes de empezar la actividad recordaremos las normas de respeto y convivencia (las cuáles fueron explicadas a principio de curso y día a día son leídas y recordadas por todos):

-         Tratamos a los demás como nos gustaría ser tratados.

-         El respeto abre puertas para alcanzar metas.

-         No haremos sentir inferiores a los demás.

-         Valoramos y protegemos todo aquello que nos produzca admiración.

-         Recordar no hacer aquello que no te gustaría que te hicieran a ti.

Con respecto a Manuel, mi alumno que no para de hablar e interrumpe continuamente a sus compañeros, me gustaría hacer referencia a la psicólogoca Geneviève Henry, la cuál indica que "Los niños charlatanes suelen ser niños muy despiertos, pero aún están buscando su lugar". Son niños que aún no han integrado adecuadamente los límites interiores: qué se puede hacer y qué está prohibido. No parar de hablar, dificulta a Manuel a la hora de concentrarse, a la hora de memorizar y a su capacidad de atención. También he pensado que puede ser por aburrimiento, pero éste aburrimiento también puede esconder dificultades de aprendizaje, ya que desconecta porque no comprende. Para que Manuel cese de interrumpir y de molestar a los demás, tengo que hacer hincapié con toda la clase en que tenemos que respetar a los demás compañeros, tenemos que aprender a callarnos y a esperar nuestro turno. Pondré a Manuel a mi lado durante la actividad, para que de esta manera esté más concentrado y no hable con otros compañeros. Así participará de manera más activa y le tendré como ayuda y referencia para que interactúe en la actividad pero cuando le corresponda y yo lo considere adecuado, me ayudará a que el resto de sus compañeros estén atentos, en silencio y que se respete el turno de palabra. También explicaré a todos mis alumnos que este comportamiento y ambiente de respeto no solo se debe dar dentro del aula, sino también en las vivencias del día a día. 

Con respecto a Jacobo, es un niño muy tímido. Las situaciones más comunes dentro y fuera del aula se vuelven para él amenazadoras o simplemente difíciles. Mi objetivo es que se sienta más capaz, más confiado en sí mismo y que sus respuestas en diferentes situaciones sean más adecuadas, en definitiva, que Jacobo sea más feliz. Le intento ayudar día a día con muchas y ricas experiencias, sobre todo motrices, ya que le dan un mejor conocimiento de sus limitaciones y capacidades, enriquecerá su desarrollo motriz, le hará más confiado en sí mismo y vivirá confiado en cualquiera de las situaciones que se le planteen. Es muy importante destacar que nunca debemos decir que un niño es “tímido” y mucho menos decirlo delante de ellos, pues acabaremos convenciéndoles de que lo son. Los niños tienen el concepto de sí mismos que les transmitimos los demás. Si cambiamos este autoconcepto le daremos una oportunidad al niño para que madure, para ello, el niño debe sentirse hábil y tener confianza en sí mismo, y a consecuencia de esto, confianza en el mundo. A un lado estará Manuel como ya he indicado anteriormente, y al otro sentaré a Jacobo (y al lado de Jacobo situaré a Miguel, que es un niño amistoso y muy sociable). Jacobo me ayudará a leer el cuento y una vez finalizado, será el primero en dar su opinión personal sobre el cuento, qué le ha parecido y si le ha gustado; posteriormente le daremos un fuerte aplauso para que se sienta cómodo y fuerte ante sus compañeros de clase. No creo que sea bueno en ningún caso que en el aula dejemos pasar por alto a un niño tímido, ya que creo que limitaríamos su participación y su aprendizaje. Durante el resto de la actividad, cuando le observe perdido o incómodo, intervendré para ayudarle. Sin duda alguna, al finalizar la actividad, Jacobo habrá conseguido un poco más de seguridad en sí mismo. 

 Bien, empecemos con la actividad. Con todos los niños sentados en forma de U (como he indicado anteriormente), empezaré a leer con ayuda de Jacobo el cuento titulado “El semáforo de cuatro luces”.

EL SEMÁFORO DE CUATRO LUCES:

En el mundo de los semáforos, la mayoría tenían tres luces, rojo, ámbar y verde, pero había un semáforo un poco especial, que tenía cuatro luces de diferentes colores, tres de ellas eran las de siempre.
El círculo rojo indicaba que los coches tenían que pararse, el ámbar que pasaran con precaución y el verde daba vía libre a pasar, siempre que se mirase para los dos lados por si venía algún peatón.
En cuanto a las luces con muñecos, el código era el mismo pero para personas en vez de para coches. El muñeco rojo indicaba que se debía estar parado en la acera, el ámbar que si se cruzaba había que mirar dos veces para los lados antes de pasar, y el verde que se cruzara con tranquilidad.
Hasta aquí todo normal, pero este semáforo tenía una cuarta luz de color azul con forma de corazón.
Cuando alguna persona, adulto o niño, intentaba cruzar con esa luz encendida, enseguida saltaba una alarma que sonaba muy ruidosa, y quitaba las ganas de seguir adelante.
El significado de esa luz encendida era que el pensamiento de la persona que iba a cruzar tenía un matiz negativo, y el corazón azul del semáforo lo detectaba, se encendía y no permitía que cruzase. Así fue como Jaime, un niño de ocho años, averiguó lo que le pasaba a su madre cuando lo llevaba al colegio.
Cada vez que llegaban al semáforo de las cuatro luces, la alarma comenzaba a sonar, ni él ni su madre eran capaces de cruzar en un rato, hasta que la madre le decía a Jaime:
- “Bueno, pues esperaremos un poco más. Si llegas tarde un día no pasa nada, cariño”.
Y de repente, el corazón azul se apagaba y la alarma paraba de sonar, y ellos con una sonrisa en la cara podían llegar al colegio de Jaime a la hora exacta de entrada.
Como siempre pasaba en el mismo momento, lo que dedujo Jaime era que su madre iba estresada por las mañanas, pendiente de que él desayunara, de que su hermana pequeña se vistiera, y de que las cosas de la casa estuviesen medio resueltas a su vuelta para ponerse a trabajar en su ordenador nada más volver, sin entretenerse en nada.
Entonces un día, Jaime le dijo a su madre:
- “Mamá, vamos a hacer que hoy no se encienda el corazón azul. Mira, ya he desayunado, y María ya se ha vestido. Tienes tiempo de preparar cosas de la casa para que cuando llegues te pongas a trabajar inmediatamente. ¿A que ahora te sientes más tranquila?”.
La madre con una amplia sonrisa en la boca, le dijo a su hijo:
- “Seguro que hoy no se enciende la luz azul, porque me siento feliz de que seáis mis hijos y de que me ayudéis de esta forma”.
Y así fue, ese día llegaron incluso antes de tiempo a la puerta del colegio, y esto mismo sucedió desde entonces todos los días. Jaime y su madre habían dejado atrás los pensamientos negativos, y en el día rendían mucho más, y sonreían siempre.
¡Ah!, y el semáforo de las cuatro luces seguía haciendo su trabajo hasta que un buen día consiguió no volver a encenderse nunca más.
Cuento Infantil para niños; escrito por: El Equipo de Cuentos Infantiles Cortos
Una vez terminado de leer el cuento con una buena entonación y poniendo énfasis en la lectura, les preguntaré a mis alumnos:

- En tu día a día ¿cuándo se enciende la luz azul?
- ¿Cuándo se enciende la luz azul de los miembros de tu familia?
- ¿Qué podemos hacer para que esa luz azul no se encienda para nosotros o para los que están a nuestro alrededor?
- ¿Sabes como se llama la acción que ha hecho Jaime en este cuento?
- ¿Crees que en clase todos sois empáticos? ¿Qué debemos hacer para que haya más empatía en clase?
- ¿Dónde pondrías tú un semáforo especial en tu ciudad?

De ésta manera creo que mis alumnos podrán compartir diferentes visiones y vivencias, comentar los diferentes puntos de vista de sus compañeros y crear un diálogo enriquecedor.

Esta actividad la realizaré durante una clase de ética. Creo que es el tiempo adecuado y justo para llevarla acabo y que todos mis alumnos puedan participar.

Una vez finalizada la actividad, repartiré una hoja a mis alumnos para que hagan la autoevaluación. Todos tendrán que estar en silencio y cada uno concentrado en su hoja, sin hablar, sin molestar a los compañeros y por supuesto sin copiar las respuestas de los compañeros.

AUTOEVALUACIÓN
Nombre del alumno:
__________________

SI
REGULAR
NO
He escuchado con atención  y comprendido el cuento



He entendido lo que significa el término empatía



He respetado el turno de palabra de mis compañeros y he intervenido correctamente



He escuchado atentamente las intervenciones de mis compañeros






Mientras los alumnos hacen su autoevaluación, yo iré leyendo las notas que he ido tomando en el transcurso de la actividad, las cuáles me servirán para ir evaluando a cada alumno de manera individual con el siguiente cuadro:

EVALUACIÓN
Nombre del alumno:
_____________________

SI
A VECES
NO
Pronunciación: vocaliza correctamente 



Pronunciación: pronuncia adecuadamente



Se expresa con facilidad



Volumen: utiliza un volumen adecuado cuando interviene durante la actividad



Ha utilizado un lenguaje adecuado



Vocabulario: adecuado para su edad



Ha puesto interés en todos los pasos de la actividad



Ha respetado las normas mencionadas al principio de la actividad



Comprensión: interpreta adecuadamente las intervenciones de la profesora y de sus compañeros








Por último me parece muy importante mi propia autoevaluación para ver si he conseguido los objetivos que me había marcado desde un principio para el transcurso de esta actividad.


AUTOEVALUACIÓN PROFESORA
Clase: ____________

SI
A VECES
NO
He conseguido que el tema escogido les llame la atención y les anime a participar con interés



He conseguido integrar a Jacobo de manera satisfactoria



Manuel ha mejorado con respecto a actividades anteriores



He cumplido con todos mis objetivos





WEBGRAFÍA:
- www.psicopedagogias.blogspot.com.es
- www.educayaprende.com
- www.conmishijos.com


Esta primera actividad la verdad es que me ha costado un poco hacerla ya que es la primera vez que hago un blog y no estaba muy segura de cómo lo tenía que ir estructurando y cómo buscar la teoría adecuada. Por otra parte, también he de decir que me ha gustado mucho realizar la actividad. No me ha sido fácil encontrar el tema que podría trabajar, pero una vez pensado me ha gustado mucho y he aprendido bastante. 
Creo que con éste tipo de metodología voy a aprender mucho, ya que no se trata sólo de estudiar y hacer un examen, sino que es un trabajo casi diario y muy práctico para el día de mañana, que nos hace pensar y reflexionar acerca de cómo abordar diferentes temas en el aula y aprender como afrontar las posibles dificultades que nos podamos encontrar.

¡¡Espero a que me comentéis y me ayudéis a mejorar mi primera entrada!!